Asesoramiento y acompañamiento en la crianza y educación de los hijos.

Se brinda asesoramiento a los padres basadas en la crianza con apego y en la disciplina positiva.

Se asesora sobre los primeros aprendizajes otorgando una serie de pautas e informaciones respecto a los aspectos evolutivos, madurativos, sociales y espirituales que favorezcan el vínculo familiar y el desarrollo integral de los hijos.

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Abordaje psicopedagógico integral del niño y su familia.

Se acompaña al niño desde el sufrimiento por sus dificultades de aprendizaje y se aborda la situación desde un enfoque holístico que tiene en cuenta su ser, su sentir y su hacer. Se trabaja desde el afecto y el vínculo con la familia y su vivencia en su trayectoria escolar.

La metodología de trabajo consiste en entrevistas con el niño, la familia y el niño junto a su familia.

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Asesoramiento,formación e información sobre pedagogías alternativas.

Se brinda asesoramiento, información y formación  acerca de las pedagogías alternativas.

Se brinda orientación y acompañamiento respecto a actividades que respeten el interés y el propio ritmo de aprendizaje de los niños basadas en las distintas propuestas que ofrecen las pedagogías alternativas.

El asesoramiento se brinda a familias y/o a grupos o instituciones...

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Tenemos la gran oportunidad de cambiar la educación criando niños felices aprendiendo con alegría, entusiasmo y amor.

Se entiende por acoso escolar o bullying al hostigamiento y maltrato verbal o físico entre escolares de forma reiterada en el tiempo. Para que ocurra debe haber un sujeto acosador y una víctima. El sujeto maltratado queda expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador. A corto plazo genera una serie de secuelas psicológicas, aunque estas no forman parte del diagnóstico

Deben darse las siguientes condiciones:

1.-Las agresiones se producen sobre la misma persona (víctima) de forma reiterada y durante un tiempo prolongado.

2.-El agresor establece una relación de dominio-sumisión sobre la víctima. Hay una clara desigualdad de poder entre el agresor y la víctima.

3.-La agresión supone un dolor no sólo en el momento del ataque, sino de forma sostenida, ya que crea la expectativa en la víctima de poder ser blanco de futuros ataques.

No todos los comportamientos agresivos o los conflictos que surgen en un grupo pueden considerarse hostigamiento o maltrato. Los problemas de convivencia, si son solucionados adecuadamente contribuyen al desarrollo de habilidades para la socialización.

OBJETIVOS Y EVOLUCIÓN DE LOS CASOS DE ACOSO ESCOLAR

El objetivo de la práctica del acoso escolar es «intimidar, apocar, reducir, someter, amilanar, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente a la víctima», con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.

En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros buscan mediante «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los que carece llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.

Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime al comportamiento de hostigamiento contra la víctima.

La violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio.

Existen diferentes tipos de acosadores en relación a sus conductas:

El acosador miedoso, que no soporta la competencia. Se siente limitado ante los demás.

El acosador irascible, que cambia de humor continuamente. Intimida a los demás y hace lo contrario de lo que se le dice.

El acosador frustrado, quien al no alcanzar sus objetivos, interactúa con los demás de una manera exigente y caprichosa.

El acosador critico y pedante

TIPOS DE ACOSO ESCOLAR

Los investigadores españoles describen hasta 8 modalidades de acoso escolar
(Piñuel y Oñate, 2007) con la siguiente incidencia entre las víctimas:
· Bloqueo social
· Hostigamiento
· Manipulación
· Coacciones
· Exclusión social
· Intimidación
· Agresiones
· Amenazas

INDICADORES SIGNIFICATIVOS

Algunos indicadores observables desde el ámbito familiar de que un niño o
adolescente está siendo objeto de acoso escolar son los siguientes:
· Presencia de lesiones físicas.
· Pérdida o rotura de pertenencias.
· Insomnio
· Llanto inmotivado
· Cambios de humor muy acusados.
· Tristeza o síntomas de depresión.
· Pasar mucho tiempo sólo y no salir con amigos.
· Descenso en su rendimiento escolar.
· Miedo a ir al colegio, o poner excusas para faltar.
· Síntomas psicosomáticos (vómitos, dolores abdominales) antes de ir al colegio.

¿QUIÉNES PARTICIPAN?

Además del agresor y la víctima debemos incluir a los demás compañeros, profesores/maestros/personal de la escuela y padres.
Todos, de una manera u otra, cumplen un rol en esta situación de hostigamiento

Agresores:

Suelen ser en principio chicos seguros de sí mismos, con un nivel de autoestima bastante alto y que intentan imponerse a algunos de sus compañeros. Asumen el rol de líderes. Su temperamento es agresivo e impulsivo, con deficiencias en habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos. Presentan falta de empatía y de sentimientos de culpabilidad

Víctimas:

En general son chicos débiles, inseguros, con baja autoestima y fundamentalmente incapaces de salir por sí mismos de la situación que padecen.
Tienen bajas habilidades sociales y suelen ser rechazados dentro del grupo. No disponen de herramientas psicológicas y sociales para hacer frente a la situación.

Suelen ser chicos apegados a su familia, dependientes y sobreprotegidos por sus padres.
Las causas para que un alumno se convierta en víctima no tiene que ver con el hecho de que sea gordo o pelirrojo o extranjero o lleve anteojos (Iñaqui /2007)

El Bullying suele ser solapado, los chicos no hablan del problema, las agresiones se manifiestan en los lugares donde no hay adultos (recreos, comedor, pasillos, baños - entre otros-).

Para los agresores, las conductas de acoso pueden hacerse crónicas y convertirse en una manera ilegítima de alcanzar sus objetivos, con el consiguiente riesgo de derivación hacia conductas delictivas, incluyendo violencia doméstica y de género.

Por su parte, los espectadores corren el riesgo de insensibilizarse ante las agresiones cotidianas y de no reaccionar a las situaciones de injusticia en su entorno.

Dado que el Bullying ocurre en un contexto social no sólo afecta a las víctimas sino que sus consecuencias pueden afectar a toda la comunidad. Así, ante un episodio de acoso escolar, además de la víctima son los padres y familiares los inmediatamente afectados; por su parte, los espectadores también se sentirán amenazados, así como todos los alumnos de la escuela, incluso la comunidad externa, en tanto que los episodios de acoso no se solucionen en la escuela, se verá implicada ya que el Bullying puede producirse en otros lugares de encuentro de niños y adolescentes. Por ello se puede afirmar que el Acoso Escolar tiene un claro efecto de propagación.
Aunque se han citado numerosos factores de riesgo del acoso escolar, es decir, factores que hagan que exista una alta probabilidad de que un alumno acose, pocos de ellos se han demostrado de manera consistente.

Parece claro que el factor de riesgo más importante es el de la hiperactividad impulsividad- déficit de atención. Asimismo, la baja empatía afectiva (la habilidad de sentir o compartir el estado emocional de otro es otro factor de riesgo. La víctima de acoso escolar no suele contarlo a sus padres, sobre todo a partir de los 10 o 12 años. Sentimientos como la vergüenza, la inseguridad o el sentirse inferior hacen que el niño sufra las agresiones en silencio .Por eso es muy importante que los adultos sean capaces de ponerse en guardia ante determinadas conductas que pueden darnos pistas de que está siendo víctima de algún acosador escolar. La primera alarma debe saltar cuando se observa un cambio importante en la conducta habitual del niño. Por ejemplo, un niño locuaz que se vuelve callado u otro alegre y jovial que parece triste y deprimido. Es a partir de un cambio de estas características y que dura algún tiempo cuando se debe empezar a contrastar algunos otros síntomas alarmantes:

Muchos niños que sufren acoso en el colegio, no lo cuentan a los adultos, ni a sus profesores ni a sus padres. Por eso, si éstos tienen alguna sospecha de abusos de compañeros, deberían hablar con el niño. Se le podría preguntar de manera indirecta quién es el matón de la clase, con quién se mete o a quién pega, etc.

Si un alumno se queja de acoso, debe ser creído. Se le solicitará detalles de la situación y se registrará diariamente de lo que haya contando.

Aunque solicite confidencialidad por temor a represalias, se debe aclarar que se conversara de esta situación con los profesores en privado para concluir con esta situación No debemos culpabilizarlo en ningún sentido por lo que le está sucediendo.

DE LAS FORMAS DE INTERVENCIÓN

Bullying es un fenómeno que sucede (y sucedió) a lo largo de muchos países del mundo. Cada cultura y cada país aportan características específicas, cualitativas y cuantitativas.

Para construir un proyecto de intervención debemos partir de lo que está sucediendo. Encontramos especificidades muy particulares en cada establecimiento educativo y es conociendo esas características como se puede empezar a trabajar.

Cualquier método que sirva de comunicación para las víctimas será bueno porque romperá el mayor aliado de los agresores: " la Ley del Silencio".

"La situación de maltrato destruye lentamente la autoestima y la confianza en sí mismo del alumnado que lo sufre, hace que llegue a estados depresivos o de permanente ansiedad, provocando una más difícil adaptación social y un bajo rendimiento académico. En casos extremos pueden producirse situaciones tan dramáticas como el suicidio" (Ortega, 1994).

"Las acciones a implementar deben ser inmediatas, con posible solución a largo plazo. Debe permitir saber qué ha sucedido, quiénes estuvieron implicados y qué acciones fueron adoptadas. Y además de implicar a las familias en cada etapa, debe proporcionar oportunidades para que los chicos discutan distintos caminos para resolver el problema" (Sharp, Cowie y Smith, 1994).

Si se confirma que en un grupo existe hostigamiento se debe actuar con rapidez y firmeza Hay diferentes maneras de encarar la situación, diferentes técnicas de trabajo con los chicos y los adultos. Pero es importante adoptar medidas de urgencia con las cuales estén comprometidos todos los miembros de la comunidad educativa.

Medidas para proteger al alumno/a que ha sido agredido/a: incremento de la vigilancia en los lugares donde se producen las agresiones Medidas disciplinarias tendientes a revisar y reflexionar sobre las situaciones.

Información a las familias: el tutor/a, equipo directivo y/o equipo de profesionales realizará una entrevista individual con cada una de las familias del alumna/o implicado garantizando la confidencialidad de la información

PREVENCIÓN

Para prevenir la violencia escolar conviene tener en cuenta que las condiciones de riesgo y de protección que sobre ella influyen son múltiples y complejas. Además, que es preciso analizarlas desde una perspectiva evolutiva y a distintos niveles, incluyendo, junto a la interacción que el alumnado establece en la escuela, la que existe en la familia, la calidad de la colaboración entre ambos contextos, la influencia de los medios de comunicación, o el conjunto de creencias, de valores y de estructuras de la sociedad de la que forman parte.

Entre las categorías de riesgo detectadas en los estudios científicos, y que suelen verse reflejadas en la mayoría de los casos de violencia escolar, cabe destacar: la exclusión social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición a la violencia a través de los medios de comunicación, la integración en bandas identificadas con la violencia, la facilidad para disponer de armas, y la justificación de la violencia en la sociedad en la que dichas circunstancias se producen. Y faltan condiciones que hubieran podido proteger de tales riesgos, como modelos sociales positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio y de grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y dispuestos a ayudar. Para mejorar la convivencia escolar y para prevenir la violencia, se debería intervenir lo antes posible (sin esperar a las graves manifestaciones que suelen alertar sobre dicha necesidad) y en todos estos niveles, desde una doble perspectiva: La perspectiva evolutiva, analizando las condiciones de riesgo y de protección que pueden existir en cada momento evolutivo, en función de las tareas y de las habilidades vitales básicas. La comprensión de dichas tareas es de gran utilidad para adecuar la intervención a cada edad, ayudando a desarrollar las Identidad propia y diferenciada que le ayude a encontrar su lugar en el mundo y le permita apropiarse de su futuro. . Debido a esto, se propone que la prevención debe fortalecer cuatro capacidades fundamentales que permitan al alumno/a: establecer vínculos de calidad en diversos contextos; ser eficaz en situaciones de estudio-trabajo, movilizando la energía y el esfuerzo precisos para ello, y obteniendo el reconocimiento social necesario; integrarse en grupos de iguales constructivos y resistiendo presiones inadecuadas.

La perspectiva ecológica, que trata de las condiciones de riesgo y de protección en los complejos niveles de la interacción individuo-ambiente, a partir de la cual se pueda diseñar la prevención con actividades destinadas a optimizar tanto el ambiente como la representación que de él y de sus posibilidades tiene el alumnado, incluyendo los escenarios en los que transcurre su vida (escolar, familiar, de ocio...), las conexiones entre dichos escenarios, los medios de comunicación, y el conjunto de las creencias y de las estructuras de la sociedad.

La prevención se puede realizar en distintos niveles:

Una prevención primaria

Desde este primer nivel es necesario abordar la temática que nos ocupa y preocupa desde diversas instancias.

a) La familiar: un ambiente donde se prioricen los valores democráticos, de tolerancia a la diferencia, de la equidad, entre otros.

b) La escuela: una institución abierta y permeable a los nuevos cambios y paradigmas sociales, donde se imponga el diálogo, la construcción colectiva de pautas y normas antes de normativas rígidas y autoritarias.

c) Los medios de comunicación: un sector muy importante en el tejido social, donde deben abordar la temática de la convivencia, la tolerancia, los valores y las normas con ecuanimidad y objetividad, corridos de las influencias doctrinarias e ideológicas de quienes sostienen los lugares de poder.

Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de conflictos escolares).

Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

Sugerencias de intervención:

Se informa a todo el personal de la escuela a través del equipo técnico profesional la diferencia entre intimidación y tomaduras de pelo la extensión de la intimidación entre los alumnos las partes y los mecanismos psicológicos implicados en este tipo de abuso de poder

El enfoque y la prevención del problema se puede realizar a través del abordaje de los siguientes ejes de trabajo institucional:

· Prevención de las situaciones de violencia
· Pautas de convivencia
· Resolución de conflictos
· Relación entre la escuela y la familia
· Aprendizaje cooperativo

En los casos detectados es posible brindar:
Ayuda para los alumnos que están siendo intimidados, brindando un espacio de escucha.
Ayuda para el intimidador (es importante cuidar especialmente la manera de transmitirlo a su familia ya que ésta podría castigarlo y así aumentar el nivel de violencia).
Ayuda para la mayoría silenciosa del grupo áulico que toma la forma de movilización.

Se entiende como una buena resolución de un caso de acoso escolar cuando se logra reducir las acciones de violencia y marginación, y que la víctima pueda proseguir la escolaridad en un entorno cálido y protector. Todo plan de intervención escolar para concretar este logro ha de incluir cuatro fases:
La primera es la recepción de la situación de acoso (ya sea por iniciativa de los padres, del menor o de otros compañeros).
La segunda fase incluye las primeras actuaciones, que se centran en la protección del niño-víctima y en cortar de raíz cualquier manifestación violenta.
La tercera fase es la intervención con los protagonistas a través del diseño de un proyecto de intervención especial para cada caso.
La cuarta y última fase es la evaluación que incluye, además de la evolución del caso concreto, los mecanismos preventivos instaurados en la escuela que sirvan para evitar nuevos acosos.

Conclusiones:
Como se ha señalado, el bullying puede tener consecuencias nefastas, basta recordar el renombrado caso de la masacre de Columbine, donde Eric Harris y Dylan Klebold, dos adolescentes violentos despreciados por sus compañeros, asesinaron a 12 estudiantes, un profesor e hirieron a 24 personas más.

Pero es necesario no quedar atrapado por las consecuencias nefastas, sino por el contrario el desafío ante este fenómeno novel es elaborar propuestas superadoras para trabajar en cada ámbito (familiar, institucional, social) el valor de la palabra, el valor del otro como sujeto, el lugar de cada uno de los niños/as y /o adolescentes en esta nueva sociedad respetándose entre sí y aprendiendo cotidianamente el valor de la construcción de los aprendizajes y convivencia colectiva

Fuente: www.abc.gov.ar Comunicación Nº 2 / 2008

Vea también

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