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Cada año unos 2 millones de chicos deben estudiar en el verano; sus familias gastan hasta $ 10.000 en profesores particulares

"Todos los años lo mismo. Ahora mi hijo debería pasar a 5to año, pero aún no lo sabemos porque se llevó seis materias. Llevamos todo noviembre gastando un dineral en clases particulares, sobre todo en matemáticas y biología. Si no,no tiene chances de aprobarlas", cuenta a LA NACION Carolina, mamá de un alumno de una escuela privada de Caballito.

"Estoy todo el año detrás de sus estudios", dice Marcelo, papá de una alumna de 3er año de un colegio privado de Olivos. "Pero llega noviembre y resulta que aparecen objetivos no cumplidos y notas desastrosas en su boletín. Ahí comenzamos a correr para buscar profesores particulares con otros padres. y no son nada baratos", dice resignado.

Lo que le sucede a estos padres es un problema bastante común con el que deben convivir la mayoría de las familias con hijos en la escuela secundaria. El drama de llevarse materias comienza en el mes de noviembre y en muchos casos se extiende hasta febrero-marzo del año siguiente. Según el último relevamiento a nivel nacional, cerca de dos millones de alumnos de escuela media en todo el país se llevan materias cada año. Poco más de seis de cada diez alumnos deben rendir exámenes durante el verano.

$10.000 en profesores particulares

"El sector de la economía que más creció en el último mes fue el de las maestras particulares", escribió irónicamente días atrás en su cuenta de Twitter Daniela Hacker, periodista especializada en derechos de consumidor. Es que cerca de la mitad de esos dos millones de alumnos que se llevan materias, optan por apoyo escolar particular. "Una familia que envía a su hijo a una escuela privada gasta aproximadamente el valor de una cuota mensual de ese mismo colegio durante el verano en clases de apoyo", corrobora la especialista.

Por esta situación, todos los años, para estas estas fechas, es normal observar a miles de padres corriendo detrás de turnos y clases particulares en institutos y con docentes que se dedican a preparar alumnos con exámenes pendientes, generando un gasto en la economía familiar. Aun así, las familias prefieren a los profesores particulares porque suelen garantizar buenos resultados, sobre todo en los chicos que se llevan más de cinco o seis materias.

Se estima que el valor de la hora de un profesor particular oscila entre los $200 y los $400, según el barrio, pero también de la escuela para la cual se lo prepara. Si es para una escuela pública o privada de bajo arancel, los costos son los más bajos, pero si la preparación es para escuelas más caras, el costo asciende. Los padres saben que el precio de la hora de clase de apoyo particular está relacionado con el valor del arancel de la escuela en cuestión.

¿Por qué los alumnos llegan a prepararse para rendir los exámenes sin saber casi nada?

Esa es la pregunta que se hacen muchos padres a la hora de contratar las clases de apoyo, cuando toman conciencia de que la mayoría no aprendió nada durante el año escolar en la materia que ahora debe rendir en las mesas de verano.

"El 90% de los alumnos llegan a tomar clases particulares en cero, como si no hubiesen visto nada del programa a lo largo del año", relata Matías, responsable de informes del Instituto Junín. "Llegan con la necesidad de tomar clases de modo intensivo, de ver en 20 días lo que no aprendieron en todo el año, sobre todo en matemáticas, física y química, que son las materias más requeridas para los apoyos", explica, y agrega que los chicos "aprenden bastante en poco tiempo, porque les resulta cómoda la modalidad de clases individuales, pero también porque los padres ven que sus hijos pueden perder el año y ajustan las clavijas sobre ellos y los ponen a estudiar bajo presión".

Carlos Uba, profesor que prepara especialmente a alumnos de colegios universitarios, subraya cómo se intensifica su trabajo en esta época del año. "Trabajo dando clases de apoyo todo el año unas sies horas diarias, pero en esta parte llego a 12 por día", relata. "Tengo alumnos que tienen una base de conocimiento y otros que no estudiaron nada durante el año. En esos casos, resulta efectiva la clase individual porque el chico no se distrae como en una grupal, y en el verano podemos ver en un promedio de 10 o 12 horas de apoyo intensivo prácticamente el programa del año", cuenta.

Apoyo gratuito en la ciudad

"Contamos con 47 centros de apoyo primarios y secundarios gratuitos que funcionan en las distintas comunas que funcionan dos veces por semana durante tres horas diarias. También tenemos 9 centros para adultos", dice a LA NACION Andrea Bruzos, subsecretaria de Coordinación Pedagógica y Equidad Educativa del gobierno porteño. "Con estos centros de apoyo estamos logrando que un 65% o 70% de los alumnos completen el ciclo en diciembre y un 80% en marzo", asegura, y agrega una curiosidad: "Este año teníamos exactamente 5.524 alumnos entre 3ero y 5to año que aún debían previa matemáticas de 1ro y 2do. Logramos que en julio de este año aprobaran 2.000 de ellos, ahora vamos por el resto".

¿Qué debería cambiar la escuela para evitar este escenario recurrente?

Es muy común en esta parte del año escuchar a los padres de alumnos con materias pendientes, preguntarse por qué la escuela media se hace tan cuesta arriba a la hora de enseñar y contener a los alumnos, y qué debería hacer para que se lleven menos materias sin bajar el nivel de exigencia y aprendizaje.

Para Axel Rivas, co-director del Programa de Educación del Cippec, existen dos respuestas, una a corto plazo y otra más profunda. "En lo inmediato la escuela secundaria argentina debe atender desafíos irresueltos que aún tiene, al igual que otros países, que van más en cuestiones organizativas, como concentrar el tiempo de trabajo de los docentes en una misma escuela, que exista un área de tutoría para acompañar a los alumnos, un proyecto institucional para que el alumno no esté tan perdido entre tantas materias y tantos profesores. Y que también la escuela pueda mapear cuáles son las materias donde más fracasan los alumnos para concentrar medidas preventivas en ellas", destaca.

Pero también Rivas pide buscar una solución de fondo: "El gran tema de la escuela secundaria es cómo logramos que haga partícipe al alumno. Lo desafíe, lo llene de preguntas, de ganas de estudiar con pasión por aprender y esto es posible con modelos de organización de la enseñanza y con prácticas pedagógicas entre disciplinas basadas en problemas, proyectos y desafíos en la experimentación", dice convencido.

Rivas agrega finalmente que: "este debe ser el gran objetivo de la política educativa. Cómo formar a los docentes en esas concepciones, cómo invertir en innovación que tiene sentido y que pueden ser practicadas en las escuelas y también el desafío de las escuelas y los docentes que siempre debe ser lo que empuje y motive".

Daniel Santa Cruz

www.lanacion.com.ar  02/12/16