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Un relevamiento entre alumnos de zonas de alto riesgo social muestra los factores que los alejan de las aulas

Alumnos del secundario del conurbano bonaerense ven a las escuelas donde estudian como lugares "poco acogedores", "sucios", que "se caen a pedazos" y "que parecen cárceles" y dicen que si faltan a clases "no pasa nada" porque "se da siempre lo mismo" en un ritmo tan lento "como el de una tortuga". Algunos se sienten solos y dicen que en la escuela simplemente "están, como está una bandera". Todo ello hace que los estudiantes perciban la existencia en la escuelas de barreras que impiden la inclusión educativa.

Los comentarios de los jóvenes forman parte de un estudio elaborado por Cimientos, Fundación para la Igualdad de Oportunidades Educativas. Para realizar el informe, entre 2007 y 2009 el equipo de profesionales dirigido por Graciela Krichesky hizo entrevistas individuales y diálogos grupales con unos 60 jóvenes de cuatro escuelas de gestión pública del segundo cordón del conurbano bonaerense, elegidas por ser de las más vulnerables desde el punto de vista de riesgo social y educativo.

"Prometimos a sus directivos mantenerlas en el anonimato porque decimos cosas muy serias sobre ellas", dijo a La Nacion Krichesky. Y señaló que no se pretendió extensión cuantitativa, sino identificar los factores que, según la percepción de los estudiantes en situaciones de riesgo, facilitan su inclusión o, por el contrario, los alejan de la educación. En primer lugar, los estudiantes nombraron el mal estado de los edificios, que hacen de la escuela un sitio poco acogedor. Dicen, entre otras cosas, que "el aula está toda sucia", la escuela "está toda rayada, toda escrita", "cuando llueve entra mucha agua y a veces tienen que suspender las clases" y que "parece una institución para menores" en la que los policías serían "los profesores, la directora".

El mal uso del tiempo es mencionado también como un obstáculo. Afirman que "la escuela va más lento que un caracol o tortuga" y que cuando vuelven a clase después de varios días de inasistencia perciben que no han perdido nada. Otro hecho repetido es la suspensión de las clases, por inasistencia de los docentes, y de los alumnos que "van cuando tienen ganas". Uno de los entrevistados señaló, ante la pregunta "¿Qué les puede pasar si faltan mucho?", respondió: "La preceptora anota las faltas, pero no pasa nada".

Se identificaron también muchos casos de "alumnos desenganchados" del proceso de enseñanza, a los que "los docentes ya no interpelan, no llaman a retomar el vínculo", así como también profesores no comprometidos con la enseñanza. Otra barrera es la anomia: los jóvenes saben que existen las normas pero que "ni siquiera los directivos las cumplen".

Para la directora ejecutiva de Cimientos, Agustina Cavanagh, el estudio evidencia que "las escuelas secundarias que reciben a los jóvenes más vulnerables no brindan oportunidades o experiencias de aprendizaje que permitan los logros de la educación". No obstante, destacó que aún siguen siendo "el único espacio destinado a los jóvenes que tiene la forma de una promesa y que es una apuesta" que debe asumir la sociedad.

Krichesky señaló que las respuestas de los estudiantes dan por tierra con algunos prejuicios, como el de que los jóvenes no están interesados en aprender. "No es así. Quieren saber más y se quejan de tener mucho tiempo libre", dijo.

El rector de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Eduardo Rinesi, destacó que lo que se considera fracaso escolar -los altos índices de repitencia, deserción y ausentismo- no puede ser explicado exclusivamente por factores extraescolares (situación socioeconómica familiar, su nivel educativo, el grado de violencia o inseguridad). Y señaló que estas condiciones externas a la escuela tampoco pueden ser "una excusa fácil para no buscar solucionar los problemas que sí se pueden solucionar".

1.680.000

Fue la cantidad de alumnos inscriptos el año pasado.

128.000

Alumnos abandonaron la escuela secundaria en 2009.

3000

Colegios secundarios públicos tiene el sistema educativo bonaerense.

www.lanacion.com.ar 26/11/10