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“Ese feriado modesto que es el intervalo del mediodía”

(F. Pessoa, Libro del desasosiego)

El tema de las vacaciones se inserta en el contexto más amplio del tiempo mal llamado improductivo. Allí se incluyen también los fines de semana, el desempleo y la jubilación. Respecto de los jubilados, se ha descripto la sobreinvestidura del recuerdo, dado que el jubilado en muchas ocasiones queda fijado a su pasado, a la par que va perdiendo otras formas de relación social para sumergirse en sus memorias. Sobre los desocupados se ha subrayado la pérdida de autoestima, la desvalorización y la desvitalización. El tiempo libre, que puede ser muy valorado por las personas en actividad, suele no tener valor alguno para los desocupados. La situación de desocupación a menudo impide dotar de significatividad al período vacacional, en cuanto los marginados del mercado de trabajo suelen tener la vivencia de estar encerrados del lado de afuera con fuertes sentimientos de injusticia, exclusión e inferioridad. Es decir, el valor de los períodos vacacionales es correlativo de la centralidad del trabajo.

Por otra parte, la actividad laboral puede ser una excusa socialmente valorada para disfrazar dificultades en el compromiso afectivo. En esta línea se hallan las descripciones de Sandor Ferenczi sobre las “neurosis de los domingos” y “neurosis de las vacaciones”. El autor reparó en las fluctuaciones anímicas relacionadas con un determinado día de la semana y advirtió cierta sintomatología física –por lo general dolores de cabeza y problemas gastrointestinales– que una doble característica: aparecía sin razón especial alguna y entorpecía severamente el día libre semanal. Uno de los factores esenciales que consideró Ferenczi fue el efecto de la ausencia de una obligación, de un deber que, sobre todo, provenga de una fuente externa. Señala que quienes padecen de neurosis del domingo o de las vacaciones exhiben un aburrimiento tenso, una pereza sin placer.

También Karl Abraham observó el empeoramiento de ciertos estados neuróticos durante los días feriados: “Un considerable número de personas son capaces de protegerse contra la irrupción de fenómenos neuróticos graves recurriendo al trabajo intenso. Hacen esfuerzos para huir de las exigencias de su libido cumpliendo con largas jornadas laborales, de estudio u otras tareas. El trabajo se les hace imprescindible, tal como la morfina al drogadicto, y esta necesidad aumenta sin cesar. Cuando un neurópata de esta clase sufre la irrupción de una neurosis, real, los médicos y legos están dispuestos a otorgarle una etiología específica, es decir: ‘sobrecarga de trabajo’. De este modo, el equilibrio mental que se mantenía con dificultad mediante el trabajo se quiebra durante un domingo, un feriado o un período más largo. Una vez que retoma el trabajo, el paciente inmediatamente se siente mejor”.

Las observaciones e hipótesis de estos autores permiten considerar diversos problemas, tales como la adicción al trabajo (“... como la morfina al drogadicto”) o la actividad como un recurso para aliviar una tensión o un dolor, antes que un medio para la obtención de placer. Descripciones similares se realizaron en torno de los pacientes sobreadaptados, cuyo nivel de autoexigencia es tan alto e irrefrenable que hasta las actividades recreativas dejan de ser continentes para el ocio creativo y se transforman en una tarea más que deben realizar. Los sujetos con un excesivo apego al trabajo toman su actividad como defensa frente a los riesgos de una exterioridad extralaboral. En tal situación suelen reunirse sentimientos de celos y exclusión, y se expresa la tentativa de sustituir la propia familia (actual o de origen) por la actividad laboral. Recuerdo una persona que comentaba haber soñado la palabra “feriátrico”, que se compone, según él mismo decía, de “feriado” y “geriátrico”. Así aludía a la sensación de encierro que se le presentaba durante los días no laborables.

En suma, el ocio también es una exigencia de trabajo para lo psíquico.

Por Sebastián Plut *

* Doctor en psicología. Psicoanalista. Profesor titular en UCES. Texto extractado del trabajo “Clínica de las vacaciones”.

www.pagina12.com.ar 29/01/15