El TGD o espectro autista, es un trastorno neurobiológico que afecta tres áreas del desarrollo: la comunicación verbal y no verbal, la socialización y la imaginación, creatividad y juego que generan intereses restringidos y/o conductas repetitivas estereotipadas.
Los signos a tener en cuenta en los niños pequeños son los siguientes:
Comunicación:
No responde a su nombre
No puede decir lo que quiere
Retraso en el lenguaje
No sigue consignas
No señala ni saluda
Aspecto social:
No presenta sonrisa social
Prefiere jugar solo
Es muy independiente
Tiene poco contacto ocular
No presta atención
No se interesa en otros niños
Conductas:
Hace berrinches
Es hiperactivo/a, oposicional y no colabora
No sabe jugar con los juguetes
Repite las actividades una y otra vez
Camina en puntas de pie
Está muy unido a ciertos objetos
Pone las cosas en fila
Hipersensibilidad a ciertas texturas o sonidos
Signos que hay que tener en cuenta para una derivación inmediata:
No balbucea a los 12 meses
No realiza gestos (señalar, saludar con la mano, etc) a los 12 meses
No emite palabras sueltas a los 16 meses
Cualquier pérdida de habilidad social o lingüística a cualquier edad.
Existen alternativas de tratamiento que mejoran la calidad de vida y cuando se inician en el momento oportuno se obtienen resultados positivos. Estas alternativas van desde la estimulación y el abordaje temprano, el tratamiento cognitivo conductual, la psicomotricidad y el acompañamiento en la vida adulta.
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