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A veces pienso: si hubiera elegido otro camino,
sin delantal de colores, sin alboroto de niños.
Mi vida sin plastilina, sin cartulinas brillantes,
rodeada de otros matices, ¡Una vida sin disfraces!

¿Cómo seria yo, entonces, sin “rincones”
y sin bloques, sin saber contar un cuento, sin atar tantos cordones?
¿Podría entender los sueños, creería en la fantasía?
¿Sabría al mismo tiempo “sonar narices” y hacer caricias?
¿Podría aprender un juego sentada sobre la alfombra?,
¿Levantaría castillos?,
¿Sabría hacer una ronda?

 

Esta es mi vida, señores, la vida que yo elegí,
un mundo maravilloso donde todo es compartir.
Y estas dos manos que tengo,
que a veces parecen tantas,
son “actrices”, “bailarinas”, “titiriteras” y “curananas”.
Mi mundo esta en el jardín,
la sala es mi universo
¡Y los nenes y nenas que la pueblan, la razón de lo que siento!