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Es la alternativa a la guardería, con menos chicos y en un espacio más conocido; recomendaciones para pensar de cara al 2016

Para organizar un jardín rodante se tienen que dar varios factores: un grupo de niños de alrededor de 2 años que vivan relativamente cerca, con padres interesados que tengan la posibilidad económica, los tiempos y el espacio adecuado para brindarles una estimulación temprana y diferente. Luego habrá que contratar una maestra jardinera y organizar el orden de las casas por las que irán rotando.

Este tipo de jardines a domicilio constituyen una opción interesante para los papás que quieren brindarle a sus hijos la posibilidad de estar con sus pares, en un espacio de juego y aprendizaje previo a la educación formal. Esto los estimula, los pone frente a situaciones diferentes y también permite que vayan forjando el conocimiento de los límites y ciertas reglas de comportamiento social.

"La idea del jardín rodante es relativamente nueva y propone los aprendizajes del jardín de infantes tradicional, pero en un contexto familiar y vecinal, donde algunas familias abren las puertas de sus casas a los vecinos", explica Paula Sánchez Giacosa, psicóloga y maestra jardinera, además de la fundadora de Mumu Piú, una propuesta educativa alternativa bajo dicha modalidad.

Tras la idea de armar uno, la mamá de una ex alumna de la escuela para la que trabajaba, Giacosa se informó, sumó entusiasmo y armó su propia versión. Hoy se ha convertido en una defensora de este servicio, donde la docente va a las casas de los integrantes del grupo para que ellos se sientan más familiarizados y al mismo tiempo se adaptarse a las necesidades de los padres modernos.

"Se amplía el mundo simbólico del niño -asegura Paula - ya que conoce otros hogares, con distintas reglas a las de su casa, pero en un grupo reducido, con un horario adaptado a él y con una atención personalizada. Creo que es un espacio de transición entre el jardín convencional y la casa, a diferencia del maternal, que está más cerca de ser un jardín de infantes, donde se toleran los pañales, pero los tiempos de los niños se ven supeditados a los de la institución" .

A la hora de hablar de las contras, Giacosa reconoce que es más cómodo trabajar en un lugar preparado especialmente para niños, donde si bien el mapa de riesgo es igual al de la casa, la responsabilidad está más repartida y no recae únicamente en la docente. "Los demás me parecen todos puntos a favor. Estos niños, son aún bebes y el jardín rodante se adapta a ellos", asegura.

Lo cierto es que muchos papás se acercan a esta necesidad en busca de seguridad. "Los niños todavía no pueden hablar y contar su experiencia. Por algunas malas prácticas difundidas por los medios de comunicación, los padres quedaron más alerta y prefieren retenerlos un tiempo más en casa o cerquita. Las grandes instituciones pueden asustarnos un poco."

Si bien las familias de ahora necesitan -psíquica o monetariamente- ser padres productivos, también quieren que los niños socialicen con chicos de su edad y sean estimulados donde puedan sentirse tranquilos".

Si se dan las condiciones, ¿por qué no pensar en un debut educativo amoroso, suave y adaptado a las necesidades de nuestros hijos?

www.lanacion.com.ar  25/10/15