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Entrevista al pediatra Carlos Gonzalez.

A favor de la crianza natural, el autor español del best seller “Bésame mucho”, viene a la Argentina para presentar su nuevo libro “Creciendo juntos”.
Aunque asegura ser un defensor del sentido común en temas de crianza, sus opiniones siempre generan polémicas. Quizás porque se ríe de algunos viejos prejuicios que aconsejan, por ejemplo, no alzar demasiado a los chicos ni acudir a consolarlos cada vez que lloran. El médico español Carlos González tiene miles de seguidores que esperan sus libros, participan de sus charlas y lo consultan una y otra vez por Facebook. Es una suerte de gurú de la crianza “con cariño, respeto y humanismo”. Y opina que “muchas de las cosas que decimos o hacemos con los niños son tan absurdas...” Está casado con una médica, tiene tres hijos (“que ahora ya comen y ya duermen”, ironiza) y no se cansa de explicar que en sus libros intenta “abrirles los ojos a los padres sobre ciertas cuestiones”. Antes de viajar a la Argentina para presentar su nuevo libro Creciendo juntos, fue entrevistado por Clarín Mujer vía mail.

¿Qué es la crianza natural?

Es simple. Yo recomiendo a los padres que no tengan miedo de demostrar el amor que sienten por su hijo. E insisto en que dediquen tiempo para atenderlo a cualquier edad. Eso debe ser una prioridad de la sociedad. No es sólo un derecho de los hijos ese tiempo paterno o materno. Para la sociedad es peligroso que los niños se críen sin padres.

¿Cuáles son para usted las necesidades afectivas básicas de los más chiquitos?

Necesitan tiempo con sus papás. Nunca antes han estado tanto tiempo separados de sus padres como en esta época. Yo empecé la escuela a los 5 años. Hoy en día, al menos en España, se ve como normal que los niños empiecen la escuela y coman fuera de casa desde antes de los seis meses. Esto es así porque mamá y papá necesitan trabajar fuera de casa. Hay un sistema económico y social que empuja a esta situación y debemos tomar la decisión de cambiarlo. En Suecia la licencia por maternidad es de 18 meses. Y después, hay otras alternativas: reducir la jornada laboral, horarios flexibles, trabajar desde casa.

¿En qué aspectos hoy nos sentimos más inseguros como padres?

Oyendo a los padres que me consultan, ¡en todos los aspectos! Parecen tener dudas sobre todo lo que pueden hacer. Si tomarlo en brazos o no, si le pasa algo o llora “para fastidiar”, si come suficiente, si le faltan vitaminas, si tarda mucho en caminar, si la ropa debe ser sintética o de algodón...

Hoy está de moda la estimulación temprana de los más chicos, ¿qué opina?

Mi madre no me estimulaba, me leía cuentos. Es una diferencia radical. Hemos llegado a una situación tan anómala que hoy los padres hacen cosas parecidas a los de antes, pero con otra finalidad. Ya no es que le cuentas un cuento a tu hijo porque te gusta hacerlo, sino ¡para ampliar su vocabulario!

¿Por qué hay bullying a edades cada vez más tempranas? ¿Cómo se origina la agresividad?

Según el autor inglés John Bowlby, los niños que empiezan temprano la guardería, y pasan más horas allí, tienen más agresividad entre los 6 y 8 años. Los primeros años necesitan estar con su familia casi todo el día. No es lo mismo llevarlos a la guardería a los 4 meses y dejarlos nueve horas que llevarlos al año y medio y dejarlos tres horas. No es lo mismo dejarlos en la guardería que en lo de su abuela o incluso con una nana en su casa.

¿Cuál es la mejor edad para escolarizarse?

A los 3 años el niño puede ir al colegio feliz, porque ya comprende que su mamá lo va a ir a buscar.

¿Qué opina de la doble escolaridad y de las múltiples actividades extra escolares que tienen los chicos?

Quizás algunos padres mandan a sus hijos a inglés, arte y guitarra para que sean unos genios. Pero otros lo deciden, porque los chicos deben hacer tiempo para que los padres vuelvan de trabajar. Hay que llenar huecos. ¡Vivimos sin sentido! Los padres trabajan para pagar todas esas clases.

¿Cómo sortear el impacto de la publicidad en el hiperconsumo infantil tanto de juguetes como de entretenimientos?

Más allá de la presión de la tele, contribuye la culpa de los adultos en el tema del consumo. Los padres, consciente o inconscientemente, recurren a la compra de juguetes para callar sus culpas en cuanto al tiempo que le han dedicado a sus hijos. A veces les inculcamos la idea de que es más importante tener muchas cosas que tener muchas personas.

¿Qué es lo mejor que podemos hacer por nuestros hijos para crecer junto con ellos como propone el título de su nuevo libro?

Creo que la clave es ese “junto”. Los niños crecen, es ley de vida, en edad, tamaño, sabiduría y virtud. Y los padres también crecemos, al menos en edad, y sería de esperar que también en sabiduría. Pero de un tiempo a esta parte padres e hijos crecen muy separados. Y probablemente éste es uno de los factores que provocan esa inseguridad tan extendida entre los padres: les falta experiencia. Les faltan horas de vuelo. Antes los padres no aprendían a cuidar a sus hijos preguntando a expertos ni leyendo libros, sino pasando muchas horas con sus hijos.

¿Cómo incentivar la comunicación, el diálogo con ellos desde que son chiquitos?

El diálogo consiste en hablar y escuchar. Si hablamos a nuestros hijos, si les contamos cosas interesantes y no nos limitamos a darles órdenes; si escuchamos a nuestros hijos con interés, sentándonos y apagando la tele, sin reñirles por sus ideas y sin ridiculizar sus opiniones, tendremos diálogo. Si recurrimos al “porque lo digo yo”, no hay diálogo que valga. Y no olvidemos que el diálogo comienza antes de que empiecen a hablar. Los bebés se comunican con la mirada, con la sonrisa, con el llanto. Podemos hacerles caso, consolarles... o dejarles llorar en su cuna. Es nuestra decisión.

www.clarin.com  11/07/14