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La enuresis, el término médico utilizado para la incontinencia urinaria nocturna en niños mayores de 5 o 6 años, estuvo asociada clínicamente durante muchos años a factores psicológicos. En la actualidad, sin embargo, se la considera ligada principalmente a factores biológicos. Con frecuencia, la enuresis se debe simplemente a un retraso en la maduración del sector del sistema nervioso que controla la función vesical. Incluso podría verse facilitada por factores genéticos. Se ha comprobado que un alto porcentaje de niños con enuresis tienen por lo menos uno de los padres o pariente de primer grado que ha padecido trastornos urinarios en la infancia. Pero más allá de sus causas, hacerse pis en la cama produce importantes efectos psicológicos sobre los niños que lo padecen con frecuencia. La enuresis produce una acción negativa sobre su autoestima que, con el paso del tiempo, puede acarrear trastornos psicológicos secundarios. El doctor Eduardo Ruiz, Urólogo Infantil del Hospital Italiano, sostiene que "la enuresis nocturna primaria conlleva problemas emocionales en los niños. La vergüenza y humillación familiar, con la que deben luchar cada mañana al levantarse mojados, provocan conflictos familiares, baja autoestima, depresión, aislamiento y problemas de sociabilidad."
Tomando como objeto de estudio los efectos sobre la autoestima causados por la enuresis, un estudio llevado a cabo recientemente en el Hospital Universitario de Umeå, Suecia, y publicado en Scandinavian Journal Urology and Nephrology , ha arrojado resultados reveladores.
Para dicho estudio se dio paso a la conformación y al posterior contraste entre dos grupos, el primero formado por niños con enuresis nocturna y el segundo, de control, formado por niños sin enuresis. A través de una serie de tests y cuestionarios psicológicos diseñados a tal efecto, se intentó, en una primera instancia, determinar el nivel de autoestima de los integrantes de ambos grupos, para posteriormente dar inicio al tratamiento del trastorno en los niños que presentaban incontinencia urinaria. Una vez tratada la enuresis nocturna en los niños del primer grupo, el estudio continuó con controles psicológicos a los niños tras un período de tres y luego de seis meses a partir de haber iniciado el tratamiento.
Los resultados obtenidos señalaron que, si bien en un primer momento el grupo con enuresis presentaba un deterioro significativo en su autoestima en contraste con el grupo de niños del grupo control (sin síntomas), una vez tratado el trastorno urinario, y pasados seis meses, el nivel de autoestima de los pacientes fue el mismo que los niños del grupo control, siendo al mismo tiempo significativamente mayor dicho nivel en los niños que ya no presentaban incontinencia alguna frente a algunos casos más rezagados que no habían llegado aún a solucionar completamente sus trastornos urinarios.
Pudo observarse, de este modo, cómo el deterioro en la autoestima estaba directamente relacionado con la enuresis y, al mismo tiempo, cómo pudo ser eficazmente revertido a través de un tratamiento temprano del trastorno. El doctor Eduardo Ruiz sostiene que "dada su frecuencia y cómo la enuresis afecta la calidad de vida de muchos niños y adolescentes, se recomienda la búsqueda de ayuda y consejo médico ya que existen alternativas terapéuticas que adecuadamente indicadas permiten que estos niños amanezcan con la cama seca. Está probado que la contención fortalece la confianza de estos niños".
La consulta médica, y es de suma importancia hacerla rápidamente, apenas detectado el trastorno, debe realizarse si luego de los 5-6 años el niño padece episodios repetitivos de enuresis, si siente dolor al orinar, comienza a beber cantidades excesivas de líquidos o si tiene cambios abruptos en su comportamiento, como retraimiento, timidez, etc. El doctor Eduardo Ruiz concluye que "es a partir de los 5 ó 6 años cuando la prevalencia del problema se ubica entre el 10 y 15% de los niños, por lo que es vital la consulta con el pediatra."

 

www.lanacion.com.ar 21/02/09