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La psicóloga Maritchu Seitún asesora a los padres en la crianza de los chicos

¿Cómo son los padres capacitadores emocionales, sostenedores de emociones? Acompañan a sus hijos a encontrar recursos para enfrentar las dificultades de la vida. Aceptan las emociones negativas (enojo, miedo, tristeza, excitación, preocupación, etc.) y las aprovechan para enseñar a sus hijos cuestiones importantes y logran mayor intimidad en su relación con ellos. Los siguientes son ocho pasos de la Capacitación emocional para la familia que la psicóloga Maritchu Seitún propone en su último libro editado por Grijalbo.

 

Conciencia (darse cuenta): de las emociones, sentimientos, mensajes de nuestro cuerpo y otras señales no verbales en los distintos momentos de nuestra vida. Darse cuenta de lo que está ocurriendo en nuestro interior.

Sintonía: sintonizamos con la frecuencia, nos alineamos con lo que sentimos, aceptamos que lo sentimos (aunque todavía no nos guste o nos cueste sentirlo); reconocemos nuestra emoción como una señal (y una oportunidad) para detenernos a pensar/investigar qué nos está pasando.

Empatía: implica no sólo aceptar lo que sentimos sin criticarlo ni enojarnos sino comprender por qué nos ocurre, abrimos nuestra mente a la experiencia, somos empáticos con nosotros mismos, tolerando y escuchando nuestras propias emociones desprolijas (por rechazables para la conciencia, por ambivalentes, por inmaduras, por ridículas, por no responder a nuestro ideal como persona, etc.), con compasión y sin enojo ni crítica.

Expresión: buscamos las palabras para hablar de lo que nos pasa, lo que sentimos, tratamos de encontrar el sentido, de ordenar lo que pasó, de poner nombre a lo que nos preocupa/enoja/asusta, así integramos el hemisferio cerebral izquierdo: cuya tarea es (entre otras) buscar sentido, ordenar, poner lógica y palabras, con el derecho: que es el que transmite sensaciones corporales, emociones, recuerdos.

Brainstorming o tormenta de ideas (grupal con nuestros diferentes personajes interiores):buscamos formas de elaborar o resolver aquello que desató la emoción, cualquier estrategia, todas valen. Es importante que primero demos espacio a todas las ideas que se nos ocurran antes de eliminar algunas porque no nos parecen aceptables, para que no se nos escapen ideas geniales al filtrar demasiado con nuestra conciencia moral.

Resolución: elegimos el objetivo a alcanzar y la solución (si la hubiera) que nos resulta viable dentro de nuestra escala de valores, o hacemos el duelo por lo que no resulta posible y aceptamos lo que haya que aceptar.

Clarificación: encontramos el sentido de esta experiencia para nuestro crecimiento e integración.

Soberanía: somos cada vez más dueños y señores de nuestra persona entera, sentimos respeto y valoración por nuestra persona entera, sentimos respeto y valoración por nuestra identidad única y separada, diferenciada e integrada con todos nuestros aspectos internos, desde los más elevados, maduros, hasta los más miserables, aunque antes habríamos considerado absurdos o infantiles (o habríamos desperdiciado energía en enormes esfuerzos para convencernos de que eran razonables).

www.lanacion.com.ar   16/06/13