Imprimir

En la provincia de Buenos Aires, hasta que se desató la tormenta, los chicos sólo habían asistido 14 días a la escuela

A casi dos meses de haber comenzado el ciclo lectivo, en la provincia de Buenos Aires hay escuelas en las que se perdieron tantos o más días que los que se dieron clases. Ya antes de que se desatara la feroz tormenta, que dejó más de medio centenar de muertos en la ciudad de La Plata, los cerca de cinco millones de alumnos bonaerenses llevaban catorce jornadas escolares y doce sin actividad, cuatro por los feriados de abril y ocho por los paros de los gremios docentes en marzo.

 

Mientras sigue latente el conflicto por la negociación salarial, interrumpida por la tormenta, el riesgo no es sólo incumplir con la meta de 190 días de clases sugerida para este año por todos los ministros de Educación del país. "El peligro es que no sepamos contener suficientemente a los chicos y motivarlos de forma de aprovechar lo que tenemos por delante", dijo una profesora de Historia de La Plata que también recordó que en 2012 fue la primera vez que la provincia de Buenos Aires no tuvo 180 días de clases como pedía la ley.

Durante la semana pasada, tanto alumnos como docentes se fueron integrando lentamente a las escuelas. El nivel de presentismo no fue aún informado, pero se sabe que fue mínimo, sobre todo en los 25 edificios escolares que, según las autoridades provinciales, se inundaron o sufrieron daños en mobiliarios o infraestructura.

"Oficialmente no se ha analizado la posibilidad o no de recuperar los días perdidos hasta ahora. Estamos abocados a atender la emergencia", dijo un vocero de la directora general de Cultura y Educación bonaerense, Nora de Lucía.

"Se pidió a los directores que evalúen la situación institucional y elaboren un plan de recuperación. Hay escuelas que no fueron afectadas (por el temporal) y siguen trabajando con lo planificado", dijo Claudia Brachi, directora provincial de Educación Secundaria.

A partir de hoy, al comenzar la segunda semana luego de la catástrofe, docentes y alumnos intentarán aplicar diferentes estrategias que los ayuden a recuperar el tiempo de aprendizaje perdido.

"Estamos abocados a hacer un trabajo de contención y registrar lo que se perdió en cada casa de los alumnos o de los docentes, y esto requiere tiempo, porque pasan los días y uno sigue encontrando cosas destruidas por el paso del agua", dijo Danilo Barreda Montoya, director de la Escuela ESB Nº 11 de Tolosa, en La Plata .

"Hay chicos que están muy afectados emocionalmente y hay que atender sus demandas. No se habla tanto del currículum con ellos", dijo Barreda Montoya. Y agregó que "estamos orientando a los docentes para que hagan una adecuación curricular para poder dictar en el primer trimestre al menos los contenidos mínimos previstos y restablecer la situación pedagógica completa a partir del segundo trimestre".

Los mismos alumnos de esa escuela propusieron, a través del Centro de Estudiantes, hacer trabajos prácticos en sus casas valiéndose de Internet y mantener contacto permanente con los docentes vía correo electrónico. "Pero tenemos claro que no queremos atosigarlos con tareas sino invitarlos a ser parte del compromiso que asumimos todos por la educación", dijo Barreda Montoya.

En su establecimiento de educación media, al que asisten unos seiscientos alumnos, la mitad de los docentes sufrió la inundación en sus viviendas. Entre ellos, el mismo Barreda Montoya, en cuya casa el agua alcanzó una altura de un metro y treinta centímetros.

"Estamos muy conmovidos y vamos retomando todo de a poco", dijo por su parte Mirta Villagra, directora de la Escuela ESB Nº89, también de Tolosa, cuyo edificio estuvo inundado entre el 2 y el 5 de este mes. Pero el agua no hizo demasiados estragos y bastó una limpieza a fondo, que hizo un grupo de voluntarios el sábado de la semana pasada, para que el lunes 8 la escuela reabriera sus puertas.

Para "ponerse al día" con los contenidos, los docentes de esta escuela de jornada extendida acordaron, según informó Villagra, estar disponibles para consultas de los alumnos durante la hora de la tarde en la que habitualmente trabajan en la sala de profesores.

"Hay que ser muy creativos en las estrategias", dijo Villagra, que también comentó estar sorprendida por el nivel de diálogo que se está dando entre docentes y alumnos. "Encontré a varios grupos sentados en círculos, mirándose las caras y compartiendo el dolor de lo que les pasó a cada uno", contó la directora, que también registró un cambio en algunos padres. Dijo: " Vi a varias familias más unidas frente a las necesidades. Tengo la sensación de que esto pudo haber servido para volver a estar más cerca de sus hijos".

www.lanacion.com.ar  15/04/13