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No existe una única receta. Pero sí pautas generales que los padres pueden tener en cuenta a la hora de acompañar a sus hijos en el proceso de orientación vocacional.

Psicólogos y especialistas del área coinciden en que los jóvenes necesitan de sus padres en el momento crítico de la elección de una carrera, por ser ellos los referentes principales de la vida. El secreto está en acompañarlos sin presionarlos y ayudarlos sin invadirlos.

Para esto sugieren, a modo general, fomentar el diálogo y la escucha activa de sus hijos permitiéndoles que expresen con transparencia sus proyectos, intereses, necesidades y miedos; no desalentar opciones que ellos presenten y fortalecer la autoestima.

También aconsejan ser claros y dar su opinión (respetuosa) sobre las carreras y ocupaciones que están siendo cotejadas por los chicos (es mejor decir abiertamente lo que se piensa que insinuarlo); no realizar por los hijos actividades que ellos pueden hacer por sí mismos, y ayudarlos a tomar conciencia de su identidad, sus gustos y aquello que los entusiasma.

"Los padres pueden enriquecer el mundo interno de sus hijos recordándoles sus juegos favoritos de niños, sus intereses, marcándoles sus facilidades", señaló Claudia Messing, directora de la Escuela de Post-Grado en Orientación Vocacional Ocupacional y Asesoramiento Familiar.

Revisar vínculos

Para esta psicóloga social, es clave que en esta etapa de cambio los padres estén dispuestos a revisar el vínculo con sus hijos. En la actualidad, nota una exagerada simetría en las relaciones entre mayores y menores que bloquea el desarrollo emocional y vocacional de los jóvenes.

"Los padres tienen dificultad para instalar límites y establecer relaciones de diferenciación. Esta excesiva proximidad produce conductas fóbicas en los adolescentes que se manifiestan en no poder sostener estudios de largo aliento y en una apatía hacia el afuera", agregó.

Por eso, Messing sugirió que los progenitores estén atentos a percibir estas problemáticas en sus vínculos con los hijos y a corregirlas con ayuda profesional, si resulta necesario.

Por otra parte, Messing subrayó la importancia de que sean los chicos los que soliciten explícitamente ayuda a sus padres. "No es aconsejable anticiparse, hay que motivarlos para que ellos pidan lo que precisan de sus papás, ya sea en el proceso de búsqueda de información o en la toma de decisión", explicó.

Propiedad del hijo

Viviana Sánchez Negrette, psicóloga a cargo del Servicio de Orientación Vocacional de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA), y el educador Julio Labaké coincidieron en que los mayores no deben realizar lo que sus hijos pueden hacer solos.

"Así será más fácil que los jóvenes se apropien tanto del proceso de búsqueda vocacional como de sus resultados", dijo Sánchez Negrette.

Insistió en que los padres deben aceptar que la elección de una carrera -un proyecto de vida- es propiedad de sus hijos y son ellos los que deben optar, aunque se tema que puedan equivocarse.

"Esto no implica apartarse y dejarlos solos en este camino, sino acompañarlos y sostenerlos en la búsqueda", agregó.

En cuanto a opinar sobre las elecciones por tomar o ya tomadas, los especialistas consultados afirmaron que es mejor que el padre diga abiertamente lo que piensa con respeto y sin querer imponerse. Notan que por temor muchas veces no lo hacen y las consecuencias de este silencio son peores.

"La opinión de un papá suele ser calificada; ellos mejor que nadie conocen a sus hijos y tienen experiencia de vida", comentó la psicóloga Graciela Seoane López, del Departamento de Orientación Vocacional de la Universidad de Belgrano.

"Es mejor que expliciten sus expectativas y temores. Así los hijos podrán analizar estas ideas como una opción más, confrontarlas si es necesario, y no imaginar lo que creen que se espera de ellos y actuar en función de eso", agregó Sánchez Negrette.

Por su parte, la psicóloga Silvia Gelvan de Veinsten, asesora de los doctorados en Psicología y Psicopedagogía de la Universidad del Salvador, subrayó la importancia de que los padres cuiden que sus hijos no elijan carreras o facultades solamente porque van sus amigos.

"La elección de un proyecto de vida es un proceso individual de búsqueda interna y externa", concluyó.

Coherencia y disciplinas

Los especialistas coinciden en señalar que los padres deben renunciar a que sus hijos sean los depositarios de sus propios deseos y proyectos.

A su vez, Silvia Gelvan de Veinsten aconsejó que los adultos se preocupen por ser coherentes en su acción.

"Muchas veces, los padres estimulan en sus niños el gusto por la danza o un instrumento. Luego, cuando el hijo adolescente quiere inclinarse por un arte desprecian esta opción", dijo.

Sugirió, además, que los mayores faciliten el conocimiento del mundo ocupacional y las competencias que se requieren, por ejemplo, analizando pedidos y ofertas de trabajo del diario y comentándolas; e incluso que den a los hijos injerencia en la contabilidad o trabajo de la casa para que tengan contacto real con problemas.

"Así desde temprano ellos desarrollan una disciplina del trabajo, aprenden a administrar recursos y a trabajar en equipo", agregó.

www.lanacion.com.ar 06/06/04