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Después de discutir -y no necesariamente acordar- durante años sobre cómo tratar a la generación Y (los nacidos entre 1982 y 1994, aproximadamente), quienes trabajamos en revisar y proponer abordajes referidos a la gente que trabaja en las organizaciones empezamos a dirimir qué haremos con los Z, los nacidos entre 1995 y 2005.

Una generación es el conjunto de personas que, por haber nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, se comportan de manera afín o comparable en algunos sentidos, sin dejar de considerar las lógicas excepciones y contraejemplos.

De todas maneras, como todo análisis que nos permita accionar, sí estamos en condiciones de identificar ciertas características que comparten los jóvenes entre 9 y 19 años. Y si nos referimos al mundo de las empresas, acotaremos a aquellos que están ingresando en este momento o lo harán en los próximos dos años, con lo que -obviamente- nos referimos al segmento etario superior de este grupo generacional.

En estos jóvenes se potencian las tendencias que se venían observando en los de la generación Y. Y hay una razón fundamental: la tecnología (cabe destacar que sólo los Y y los Z son "nativos digitales", mientras que todos los anteriores son "inmigrantes digitales") es un elemento que marca definitivamente a estas generaciones. ¿Pero qué es lo que sucedió? Mientras la Y nació con la computadora, la Z ya nace con el celular, la laptop y vive todo el crecimiento de las redes sociales como algo que ya ni siquiera la sorprende (pensemos que Google tiene menos de 16 años y Facebook nació hace 10 y Twitter, hace 8). La accesibilidad inmediata a cualquier cosa en cualquier lugar en cualquier momento es algo que los moldea. Su "cableado" está marcado por este fenómeno, que exacerba lo "instantáneo" y lo global, el derribamiento de cualquier frontera física para llegar a un destino.

También las velocidades de todo se incrementan: de los autos, de los trenes, de los aviones, pero también de Internet y sus muchos otros modos de hacer todo rápido y fugaz. Estos tiempos ya no son líquidos, como decía Bauman, sino directamente gaseosos. Y esa tecnología es "el medio" para acceder a bienes y servicios, pero también para socializar y homologar; se pierden ciertas diferencias -que muchas veces edifican- y se iguala todo mucho más rápido.

Sí percibo, desde el punto de vista de las empresas, que uno de los desafíos más grandes que tendrán será volver a enamorar a los jóvenes, ya que el descreimiento en líderes y referentes es tan grande que tampoco creen en las propias empresas para darles trabajo. De allí que tengan como meta construir sus propias empresas, muchas veces tomando el ejemplo de quienes, como Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg, a muy corta edad iniciaron las suyas.

Al estar hiperconectados y globalizados, una gran ventaja que traerán a los contextos laborales será la apertura y valoración de la diversidad, el cuidado responsable del medio ambiente y la sustentabilidad en múltiples direcciones, el trabajo virtual y remoto.

Desde mi punto de vista, como cada nueva generación que se incorpora al mundo del trabajo, traerán innovación, visión superadora, ganas de hacer las cosas diferentes y muchas sorpresas que aún desconocemos.

Los más "viejos" de los Z recién están empezando a incorporarse, pero todos los demás debemos empezar a prepararnos para recibirlos con las manos, mentes y corazones abiertos para empezar a recorrer juntos el camino. Bienvenidos zetas.

Por Alejandro Melamed 

El autor es doctor en Ciencias Económicas y escribió Empresas (+) Humanas

www.lanacion.com.ar 18/08/14