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Aymara tiene 9 años y vive en el kilómetro 47.700 sobre la ruta 3 en el extremo oeste de La Matanza. Cuando vuelve de la escuela se calza tacos, se viste de oficinista, se pinta y tipea en una computadora imaginaria. Es que su mamá, Claudia Cantero (26), tiene un trabajo distinto del resto de las mamás del barrio. Un trabajo que a su hija la llena de orgullo y del que asegura también será su trabajo cuando sea grande y estudie como su madre.

Claudia tuvo a su hija a los 17 años y a su hijo Lautaro a los 19 y, desde entonces, se dedicó a la vida doméstica. Sin embargo, siempre tuvo un profundo anhelo de seguir estudiando alguna carrera, aunque lo veía como una meta lejana, una posibilidad que escapaba a su realidad.

La gran apuesta. "Un día iba en colectivo y vi un pasacalles que hablaba de cursos de tecnología gratuitos para personas de bajos recursos. Anoté todo en el celular, fui a un cibercafé y me inscribí. En ese momento no entendía mucho de que se trataba, pero fui pasando entrevistas y quedé seleccionada entre cientos de chicos que se postulaban, no podía creer que me den la oportunidad ya teniendo hijos y estando un poco grande para estudiar", cuenta.

Lo que Claudia vio en ese pasacalle eran los cursos de tecnologías del Proyecto Programar de la Fundación Desarrollar que apuntan a brindar capacitación integral a jóvenes de bajos recursos para facilitarles el ingreso al mercado laboral de las nuevas tecnologías, un sector ávido de recursos humanos en nuestro país.

Claudia demostró que quería estudiar de verdad desde el primer día. A pesar de las cuatro horas de viaje que le tomaba ir y venir del curso y de la reorganización familiar que pudo realizar gracias al apoyo de su pareja y su madre, comenzó a transitar un camino de esfuerzo y perseverancia que la estaba transformando en una profesional de sistemas.

"Ella no sabía ni siquiera manejar bien un mouse, y terminó el curso con sólidos conocimientos de tecnología .Net, una de las más requeridas hoy en día. Claudia es un ejemplo para mí y representa el fundamento de este proyecto", cuenta Facundo Ciancio, uno de los profesores que la acompañó durante 520 horas de capacitación intensiva.

El Proyecto Programar no sólo capacita desde lo técnico, sino que enseña habilidades comunicacionales, cómo encarar las entrevistas y acompaña a los alumnos en la búsqueda de empleo y en su correcta inserción en el mundo laboral.

Nueva vida. Sólo pasaron dos meses desde que Claudia finalizó el curso y comenzó a trabajar en Pragma , una consultora de tecnología que se sumó a la iniciativa. Desde Abril de este año se desempeña como desarrolladora junior para distintos clientes y, gracias a su salario mensual, comenzó a levantar su propio hogar. "Fue todo tan rápido, miro mi vida ocho meses atrás y todavía me cuesta entender. Estoy muy orgullosa de lo que logré, miro a mis hijos y les digo miren lo que hizo mamá, es muy fuerte", cierra Claudia con el pecho estrujado con la emoción del sueño alcanzado.

• Protagonista: Claudia Cantero (26) años. Tiene dos hijos, Aymara (9) y Lautaro (7).

• Su Historia: Antes de estudiar sistemas, llevaba una vida de ama de casa en un barrio carenciado en Virrey del Pino. Nunca había tocado una computadora y terminó siendo el mejor promedio de su clase. Desde Abril trabaja en una consultora de tecnología y gracias a su nuevo trabajo, dejó la casa de su madre -donde vivía junto a su pareja, hijos, hermanos y sobrinos- para construir su propio hogar.

• Tecnología: Participó del Proyecto Programar de la Fundación Desarrollar . Se especializó en tecnología .NET y cursó 520 horas de capacitación intensiva.

www.lanacion.com.ar 15/07/10